María & Andrés
Pazo de Vilaboa | Boda de María y Andrés.
Para un Fotógrafo Coruña todas las Bodas son especiales pero, sin lugar a dudas, recuerdas de manera diferente aquellas en las que los sentimientos entre la pareja son más latentes, tanto que traspasan la fotografía. Las miradas entre Andrés y María hablan por sí solas. Es el fondo perfecto para crear a base de momentos emotivos y únicos un Reportaje de Bodas inolvidable. Bienvenidos a la Boda de María y Andrés.
La mejor motivación para comenzar a trabajar en las Fotografías de Boda de una pareja es la ilusión, la ilusión de esa pareja por vivir su gran día y todos los preparativos. Y esa ilusión ya la habían transmitido los Novios durante su Preboda, así que el día de su Boda prometía momentos únicos, Fotografías únicas.
Comenzamos acudiendo a la casa del Novio, de Andrés. Una casa familiar en la que la complicidad y armonía entre los miembros de esa familia se podía sentir en todo momento. Era fantástico ver como cuidaban de Andrés sin prisas, sin nervios, al contrario, el ambiente era distendido, relajado y divertido. El Novio se vistió cómodamente y todo transcurrió de manera fluida. El resultado, unas Fotografías de los Preparativos del Novio estupendas, en las que se vive ese ambiente, ese buen clima entre una familia unida en torno a un Novio lleno de ganas e ilusión.
EL IMPONENTE PAZO DE VILABOA
La Novia se vestiría en Betanzos, municipio coruñés lleno de historia y de rincones preciosos. Allí esperaba María el momento de ponerse, por fin, su Vestido de Novia. Y he de decir, porque así era, que la Novia estaba más que radiante, espectacular. Por supuesto que su belleza natural es innegable, pero ese día, el día de su Boda, esa belleza estaba realzada por la ilusión, que brillaba en sus ojos de manera especial.
Se puede ver en las Fotografías de los Preparativos de esta Novia tan magnífica, se puede ver como si estuviésemos delante de ella. María recibía mimos constantes y atenciones de mujeres afanadas en dejarla preciosa, en cumplir cada uno de sus deseos, vestirla adecuadamente, terminar su peinado, colocar el velo, asentar los zapatos, los pendientes adecuados. Todos los detalles que acompañan a una Novia el día de su Boda, si bien el más hermoso de esos detalles fue su sonrisa que no abandonó su rostro ni por un segundo. Bellísima.
La Iglesia de Santa María de Azogue en el mismo Betanzos, fue el lugar elegido para la Ceremonia Religiosa. Una hermosa Iglesia gótica que había sido espléndidamente decorada con flores blancas, aportando un contraste magnífico para las Fotografías de la Ceremonia.
Y de nuevo la ilusión se hizo presente. El Novio se deshacía en atenciones hacia la Novia, miradas constantes entre ambos, máxima complicidad y ternura. Me faltaban manos para fotografiar cada instante, porque todos eran estupendos. Se respiraba alegría por parte de todos. La amplitud del recinto y la siempre presente sonrisa de los Novios hicieron el resto. Una Ceremonia bonita y unas Fotografías muy especiales.
LLEGADA AL PAZO DE VILABOA
Una espléndido coche antiguo los condujo hasta el Pazo de Vilaboa, en Coruña, dónde sería el Banquete nupcial y la Fiesta. Una lugar mágico, una pareja estupenda, unos Invitados, tanto familiares como amigos, completamente entregados a los Novios y felicidad a raudales, así puedo resumir lo que esa tarde noche sucedió. Una velada perfecta, una boda perfecta llena de diversión, de euforia por la pareja. Se notaban las ganas por verlos felices, se lo habían ganado, y había llegado el día de festejarlo. Precioso día, preciosas Fotografías de Boda, no podía ser de otra forma.
María y Andrés decidieron divertirse todavía más, si cabe, en el día que elegimos para su Postboda. Supongo que una vez pasados los nervios y las ganas de la Boda, ya solo quedaba dejarse llevar por completo por el momento y darlo todo delante de la cámara, porque eso fue lo que pasó en su Postboda.
De nuevo el mar, acantilados y sal, así es Galicia. Estábamos en Valdoviño. Las viejas piedras creaban un contraste magnífico con el Vestido blanco de la Novia, ahora con el cabello suelto, más divertida, más relajada, hasta el punto de dejarse caer sobre las aguas cómplices, mojando por completo su ya estrenado vestido.
El Novio la siguió, por supuesto. Y también les siguió su eterna sonrisa. Esa sonrisa fruto de haber conseguido por fin un objetivo. Mientras yo los perseguía, cámara en mano, sorteando los obstáculos que las rocas creaban para mí y mis rodillas. Pero lo conseguimos, Fotografías únicas, divertidas, espontáneas, llenas de instantes especiales, fiel reflejo de lo que estaba pasando. Pura magia.
Siempre os contamos que, como Fotógrafos de Bodas, nos gusta conocer vuestra historia personal para plasmarla en imágenes, pues aquí está la Historia de María y Andrés, con un final feliz más que merecido. ¡Felicidades pareja!
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